La alimentación es uno de los retos más complejos para los niños con trastornos sensoriales, especialmente aquellos diagnosticados con TEA. La selectividad alimentaria, comúnmente observada como ‘picky eater’, no solo es un capricho; a menudo es una respuesta a una incomodidad sensorial profunda. Este artículo explora cómo el perfil sensorial, una herramienta diagnóstica clave, puede ser esencial para entender y mejorar las prácticas alimentarias de estos niños.

Cuerpo del Artículo

1. Aspectos Críticos que Influyen en la Alimentación

• Rutinas y hábitos: La consistencia y previsibilidad pueden ayudar a manejar la ansiedad asociada a la alimentación.
• Ambiente: Un entorno tranquilo y sin distracciones visuales o auditivas favorece la experiencia alimentaria.
• Cultura familiar y social: Las actitudes y prácticas alimentarias en el hogar influyen significativamente en los hábitos del niño.

2. Entendiendo las Habilidades Motoras y Oral Motoras

• Desarrollo de habilidades motoras: Desde la postura hasta la coordinación de la succión, respiración y deglución, cada aspecto juega un rol en cómo los niños experimentan la comida.
• Habilidades oral motoras: La fase preparatoria oral, el manejo dentro de la boca y las fases faríngea y esofágica son cruciales para una deglución segura y efectiva.

3. Integración Sensorial y Alimentación

• La tarea sensorial de comer: Analizar cómo los niños toleran, interactúan y eventualmente aceptan los alimentos puede ofrecer insights valiosos para ajustar las estrategias de alimentación.
• Desórdenes comunes: Desde la hipersensibilidad hasta la discriminación sensorial, comprender estos desafíos puede orientar las intervenciones.

4. Estrategias Prácticas Basadas en el Perfil Sensorial

• Ajustes en el ambiente: Modificar la presentación de los alimentos y el entorno de comidas para reducir la sobrecarga sensorial.
• Exposición gradual: Técnicas para introducir nuevos alimentos de manera que respeten los límites sensoriales del niño.

Conclusión

Implementar un enfoque basado en el perfil sensorial no solo mejora la nutrición, sino que también puede aumentar significativamente la calidad de vida de los niños con selectividad alimentaria. Un enfoque interdisciplinario, que incluya la colaboración de Pediatra, Gastroenterólogo, Nutricionista, Fonoaudiólogo, Kinesiólogos y Terapeutas Ocupacionales, es esencial para un manejo efectivo.

Si tu hijo enfrenta desafíos con la alimentación, considera realizar una evaluación del perfil sensorial. Este puede ser el primer paso hacia una experiencia alimentaria más positiva y nutritiva.

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